El pasado 15 de marzo, unas pocas semanas después de que Barack Obama tomase posesión como Presidente de los Estados Unidos de América, se estrenaba en DVD y en la web una película llamada "La decepción Obama", obra que, en palabras de su director, Alex Jones, pretende "despertar a la sociedad americana y poner al descubierto la agenda real de Obama, demostrando que es un amenaza para el país y para el modo de vida de la sociedad americana".
La estrategia de los think-tank conservadores deja bien a las claras su propósito de no dar tregua al nuevo Ejecutivo y así impedir que se produzca en la sociedad estadounidense un desplazamiento ideológico que desterraría a los republicanos a un largo camino en el desierto.
La estrategia no nos es extraña a los españoles, y menos aún a los valencianos, y deja bien patentes los propósitos de los viajes "académicos" de Aznar a la Universidad de Georgetown, cuyo más fiel reflejo los podemos leer en los papeles reaccionarios que edita la fundación FAES .
Esta estrategia se gestó en los EEUU en los años 90, y se denominó "The Great Backlash", expresión que bien podríamos traducir como "La Gran Crispación" (¿nos suena familiar?). El punto de arranque lo dio en 1992 ante la televisión el Director del Programa Nacional Republicano, cuando afirmó que "Nosotros somos América; el resto, no". Sobre esta idea, el Partido Republicano construyó la noción de "Las dos Américas": una América republicana, leal, auténtica y asentada en valores; y frente a ella, una América liberal, frívola, carente de valores, escéptica y snob. Y mediante una fuerte penetración en grupos sociales de exveteranos de guerra, activistas cristianos, asociaciones vecinales, etc se produjo un movimiento de presión contra todo lo que estuviese en contra de esos valores que se definían como "auténticos".
Esta esquema se reprodujo durante los ocho años de madato de Clinton, creando una oposición radical contra cualquier iniciativa que afectase a aquél esquema de valores, en campos tan sensibles como la educación, el aborto, la reforma fiscal, los procesos de desarme, los derechos de gays y lesbianas, etc. La estrategia funcionó porque el apelar a los valores permitió que la clase media americana votase mayoritariamente a un programa conservador que claramente les perjudicaba, pero que respondía al sistema de valores del "buen americano". El resultado fue muy similar al que actualmente padecemos los valencianos: el Gobierno pasa a manos de un Presidente títere y de escasas luces, que sólo se sostiene sobre una apelación irracional a valores "genuinos", pero que cosecha resultados aplastantes en las urnas.
Esta estrategia se la trajo de Washington debajo del brazo Aznar tras su derrota electoral de 2004, y creó en la sociedad española un clima de crispación desconocido en nuestra actual etapa democrática. A quien esté interesado en conocer con más detalle la hoja de ruta de la crispación, le recomiendo ecarecidamente la lectura de la obra de Thomas Frank "What´s the matter with Kansas" (Owl Books, 2004).
La anterior legislatura en España ha sido realmente dura y la estrategia conservadora ha dañado seriamente las bases de la convivencia democrática; creo que, a nivel personal, muchos lo hemos padecido en nuestra vida cotidiana. Pese a ello, los resultados electorales que obtuvo el Partido Popular en 2008 no puede decirse que fueran malos, ni tampoco que le aconsejasen un cambio de estrategia; a lo sumo, una modulación, una suavización.
En este contexto, las elecciones europeas están a la vuelta de la esquina; y las perspectivas no son muy halagüeñas para los progresistas, más aún si tenemos en cuenta el tradicional abstencionismo de la izquierda en esta clase de comicios. Dudo mucho que estas elecciones vayan a representar una tendencia, pero sí que pueden servir para un "rearme moral" de la crispación, avivada por el espíritu de una crisis económica que las políticas de cemento practicadas por el Partido Popular han venido a agravar.
Sin embargo, como destaca la obra citada de Thomas Frank, donde se revela toda la hipocresía y la vileza de la crispación es en la parte final de su hoja de ruta: cuando los conservadores alcanzan el poder, todas las cuestiones por las cuales gritaron, movilizaron y vociferaron desaparecen de pronto de su agenda, y no se da un solo paso atrás en la regulación del aborto, del matrimonio o de los curricula educativos.
Creo que esta es la justificación más clara para no abstenernos en las próximas elecciones de junio. No se trata de saber quién va a gestionar mejor la salida de la crisis, la reforma fiscal o las políticas sociales; la cuestión es impedir que quien ha erosionado seriamente nuestra convivencia crea impunemente que ese es el camino para llegar a gobernar a la sociedad española.
Hay un matiz singular en nuestra tierra. La familia de Franco continua conservando sus posesiones sin tener que irse al exilio. Aznar se permite sacar pecho y convocar a los medios con el equipo del Prestige y de la guerra. Alguien se imagina hoy la misma foto en Estados Unido? Bush, Rumsfeld, Cheney...? Los veremos, pero en un tribunal internacional. Pero Spain is different. O somos muy buenos o somos gi...
ResponderEliminarTe prodigas poco Atticus y es una lastima pues cada vez que has aparecido has tratado temas interesantes desde una visión muy acertada. Sigue asi o tus seguidores te reclamaremos
ResponderEliminarMuy bien la exposición. A propósito de esto, ayer oia en la Ser el resultado del estudio de audiencias de emisoras de radio, y ésta en concreto, ella sola en la Comunidad Valenciana, suma el doble que todo el resto juntos. Si embargo, incluso estos medios que todos tenemos por progresistas se ven copados por estas ¿filosofias? conservadoras y si sigues las tertulias ahí están los políticos de la derecha con sus discursos machacones aprovechándose de estos foros como si fuesen las mismísimas Faes.
ResponderEliminar