REFLEXIÓN

Parece que ha ganado Obama y que "un nuevo orden mundial" está a punto de comenzar. El que se considere un hito histórico que EEUU tenga el primer presidente negro me parece interesante; el que se hable de orden mundial, aunque haya cambios, me asusta. Desde estas premisas, las acciones parecen tan abstractas y que nos vienen dadas, que terminología como "praxis", "concientización", "desarrollo comunitario" pierden no su significado pero sí su proyección en la realidad.

Si todo supuestamente depende de los grandes grupos de presión política, lo cotidiano, lo próximo, la vecindad, los barrios etc... se quedan en un mundo paralelo permitiendo a nuestros gobernantes las coartadas perfectas para esconder su inoperancia y su despreocupación. Esta sensación es la que tengo desde hace ya bastante tiempo en esta Comunidad.

Hay tan poco sentido de la responsabilidad del gobierno Camps, al parecer amparado en que nada depende de ellos, que mires por donde mires el Consell y sus consellers se encuentran enrocados en unos discursos y acciones alejados los ciudadanos/as. En esta situación y ante el mundo abstracto, aunque con realidades 8en algunas ocasiones crudas) considero que de manera insistente y sistemática, nos corresponde ejercer como personas actoras de lo cotidiano. Cada uno desde su posición, tenemos la obligación de cambiar lo que no nos gusta y proponer alternativas cuyo eje sea el bienestar. Ante estos movimientos que no alcanzamos a entender (al menos es mi caso), sería conveniente no perder lo concreto y marcar objetivos, a lo mejor pequeños pero establecerlos y conseguirlos. Aunque con cierto temor por todo esto, os propongo la lectura de un libro que al menos nos da la opción de reconocernos como parte de este mundo y con capacidades para contribuir a su mejora: "El nuevo espacio publico" de Daniel Innerarity; quizás lo conozcáis, pero sentía la necesidad de compartirlo.