EL DERECHO A SABER

En la UE, 22 de los 27 Estados miembros tienen reconocido el derecho que obliga a las administraciones públicas, fundaciones y organismos financiados con fondos públicos a facilitar información a cualquier ciudadano. Sólo cinco, Luxemburgo, Chipre, Malta, Grecia y España no tienen una ley de acceso a la información. España y Grecia son los dos únicos países de la Unión Europea con más de un millón de habitantes que no tienen una ley específica reguladora del derecho de acceso a la información.
El Consejo de Europa recomendó en 2002 a los Estados miembros que adoptaran leyes encaminadas a asegurar la transparencia en las administraciones públicas de los 47 países miembros del Consejo de Europa. Sólo nueve carecen una ley al respecto: Rusia, Grecia, San Marino, Mónaco, Andorra, Chipre, Malta, Luxemburgo y España, Suecia protege desde 1766 el 'derecho a saber' de sus ciudadanos, Reino Unido ofrece en un plazo máximo de 20 días los datos solicitados . En el caso español, el problema no es que tengamos una legislación deficiente o exigua. Simplemente es que no existe. España carece de una Ley de Acceso a la Información Pública que obligue a las Administraciones a ser más transparentes.
Según el artículo 105.b de la Constitución la Ley regulará el acceso de los ciudadanos a los archivos y registros administrativos, salvo en lo que afecte a la seguridad y defensa del Estado, la averiguación de los delitos y la intimidad de las personas. Una sentencia del Tribunal Supremo de 1979 interpretó dicho precepto como de “carácter programático”, precisando para su plena aplicación una ley de desarrollo, que aún no ha llegado.
Sin una Ley que desarrolle el derecho de cualquier ciudadano al acceso a la información que nos afecta -y todas las políticas sociales nos afectan a cada uno de los ciudadanos-,se conculcan nuestros derechos básicos y podemos estar ante una limitación importante de derechos democráticos y además tener limitado también el libre ejercicio de la discrepancia, en la medida que desconocemos la realidad y por tanto estamos en manos de la capacidad de manipulación del gobierno de turno.