¿Tiene un doble el conseller Cotino?

Todos podemos leer en el ejemplar del pasado domingo 11 de mayo de Las Provincias una entrevista que le hacen al Conseller de Bienestar Social. Sr. Cotino. En dicha entrevista y preguntado por la Ley de Autonomía personal y atención a la Dependencia, afirma “Lo que el Gobierno tiene previsto es que haya un mínimo. Luego se hace el convenio, y aún no está encima de la mesa ni el borrador” Curiosamente el Boletín Oficial del Estado del día 22 de abril de 2008 (también puede ser consultado por todos) publica el Convenio de colaboración, entre la Administración General del Estado y la Generalitat Valenciana, para el desarrollo del marco de cooperación interadministrativa, previsto en la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia, y para el establecimiento y financiación del nivel de protección acordado. Firma este convenio, un tal honorable Sr. D. Juan Gabriel Cotino Ferrer, Conseller de Bienestar Social y Vicepresidente Tercero del Consell de la Generalitat. ¿Es el mismo Cotino que dice que ni siquiera hay un borrador encima de la mesa?. Este convenio habla de aportaciones económicas. Concretamente el Ministerio aporta 9.671.742 €, el Imserso 11.606.091 € y la Generalitat 33.277.833 €.

En cuanto a las 36 residencias que el Consell abrió en 2007 “una cada diez días”, sería recomendable que diera las direcciones porque la gente que está demandando centro hace tiempo podría hacer uso de ellas.

También interesa dar a conocer que en el caso de que las hubiera abierto, no todo el mérito sería de la Generalitat, ya que el convenio que firmaron en 2007 estableció unas aportaciones de 20.648.024 € entre el Ministerio y el Imserso y de 20.718.022 € entre la Comunidad Autónoma y las Corporaciones Locales.

Que un conseller mienta hace que vaya perdiendo credibilidad, aunque él no lo crea. A veces es un mecanismo de defensa, pero cuando esto se convierte en costumbre, se deja de poner interés en lo que es su función: el logro del bienestar de los ciudadanos, a través de una gestión eficaz y rentable. Y entonces, pasa a primer plano, a ocupar el primer lugar en sus objetivos el mantenimiento de su imagen, su propia defensa, con lo que el alejamiento de la realidad es cada vez mayor. Se llega a olvidar la única razón de su cargo, el servicio al ciudadano. ¿Qué podemos esperar?.