El problema radica principalmente en que éstas viviendas no acaban teniendo el destino previsto, y curiosamente nadie se beneficia de ello, hagamos un análisis de la situación y veamos si a alguien se le ocurre una mejor solución:
- Las personas con alguna minusvalía e ingresos propios prefieren elegir dentro de una promoción, la vivienda que más les gusta, y luego "a su coste" adaptar dicha vivienda a sus necesidades particulares. (No todas las minusvalías tienen idéntica solución).
- Las personas con graves minusvalías y que cumplen con todos los requisitos para el acceso a este tipo de viviendas no suelen tener ingresos propios, por lo que las entidades financieras no les aceptan como clientes mientras no existan terceros que les avalen (y esto es harto difícil en estos casos).
- Los promotores inmobiliarios primero han de construir estas viviendas, y posteriormente han de demostrar a la administración que no tienen compradores para ellas antes de poder venderlas a otros adquirientes que cumplan requisitos en otro tipo de régimen de VPP, y siempre una vez finalizada la promoción, debiendo cargar con todos los gastos de financiación hasta ese momento.
- La persona que adquiere finalmente la vivienda adaptada, lo hace porque necesita una vivienda, y entiende como un handicap el que los pasillos sean "excesivamente anchos", los accesorios del baño estén "excesivamente bajos", las puertas sean "demasiado grandes"... , y el piso demasiado pequeño.
Creo que al margen de las ayudas que ya existen para la adquisición de este tipo de viviendas, la administración debería articular otras fórmulas que permitiesen que este cúmulo de despropósitos se minimizaran, porque al final de lo que se trata es de personas con minusvalías (sobretodo con minusvalías graves) y con escasos recursos puedan acceder como cualquier ciudadano español a una vivienda digna. Se admiten sugerencias.
NUMEROBIS
en cuanto a sugerencias, por ejemplo que todas las viviendas fueran mínimamente habitables por todas las personas, al margen de su condición, (marcos de puertas, pasillos, escalones, ...)o en todo caso que fueran facilmente adaptables con una obra mínima subvencionada por el Estado, si la persona con discapacidad no dispone de recursos suficientes
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con "ingenuidad". Las normas de construcción deberían contemplar medidas standarizadas minimamente accesibles. Gastamos mas dinero "elminando" barreras que sencillamente "evitándolas".
ResponderEliminarEstas medidas que se están proponiendo no son en absoluto ingenuas, y desde luego si se quiere, se puede. Son las recomendaciones básicas de los colectivos expertos a los arquitectos y proyectistas para fomentar la ejecución de estructuras de uso único. Esto significa constuir edificios sin barreras de tal forma que, por ejemplo, una persona con minusvalía utilizaría el mismo aseo público que un válido (esto desde luego beneficia a la colectividad, porque el servicio es para todos y además su uso es óptimo), y desde luego tampoco requiere de grandes inventos. ¿pero cómo se puede ayudar a un colectivo tan necesitado para que acceda a una vivienda a la que tiene derecho si no tiene ingresos?
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