miércoles, 5 de enero de 2011

Buenas intenciones

Efectivamente ha llegado enero y casi todos nos ponemos metas, objetivos propósitos, en definitiva practicamos ese noble arte de prometer y comprometer, siendo conscientes que algunos de estas tareas que nos auto adjudicamos son inalcanzables, pero que le vamos a hacer, forma parte de esos rituales que nos ayuda a digerir que somos un año más viejos. A mi me gustaría comenzar este año que tiene nombre de cupón de la fortuna, ayudando a los que más lo necesitan, para lo cual lo primero que se me ocurre es ofrecer un presente sumamente inútil pero tremendamente ilusionante, efectivamente, pienso regalar un consejo, una recomendación, ahora solamente falta saber quien puede ser el destinatario de mi atrevimiento.
Nadie pondría en duda que el principal problema que tenemos en este país, actualmente, es el desempleo, con cifras absolutamente inasumibles si no fuera por una economía sumergida que forma parte de la solución y de el problema. Me gustaría hacer una recomendación al nuevo Ministro de Trabajo, que parece una persona comprometida con la tarea y además “tirado para adelante”, pues bien, si yo estuviera en su piel estaría encantado de recibir ayudas vinieran desde donde vinieran, por tanto, abusando de esta máxima voy y le propongo lo siguiente: Señor Ministro, de una vez por todas, es necesario promover un reconocimiento público, según el cual se deje meridianamente claro que la responsabilidad del desempleo en nuestro país la ostentan por igual usted y los Consejeros de empleo de las Comunidades Autónomas que tienen transferidas las competencias en materia de políticas activas, por tanto la solución corresponde buscarla “arrimando el hombro”, todos los implicados, para eso le sugiero que convoque usted una cumbre con todos los Gobiernos Autonómicos, proponga la elaboración de un plan de choque con medidas, innovadoras, similares a las que hacen otros países de nuestro entorno próximo, además, dada la entidad del problema, sería conveniente, dejar fuera de la contienda electoral el drama del paro, de manera que se trate como un tema de estado y no de partido. La principal dificultad, posiblemente consista en hacer visible este compromiso de todos, pues bien, le sugiero un modalidad, indiquen claramente cuales son los cambios a alcanzar, las metas a conseguir y un plazo prudencial para que esto se produzca, por ejemplo un tiempo razonable podían ser seis meses y una vez transcurrido este tiempo, si no se han producido los cambios anunciados, simplemente, dimiten en bloque todos los implicados. Sería una forma nueva de mostrar un compromiso que se perciba claramente por los ciudadanos, en la línea de lo que recomendaba las madres espartanas a sus hijos, “con el escudo o sobre el escudo, pero nunca sin el escudo” , y además pueden invitar a otros agentes sociales, eso si, con respuestas tan rotundas como las expuestas. Espero que le sea de utilidad, este inútil buen propósito de inicio de año.

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