lunes, 27 de mayo de 2013

Annus horribilis

Hay años que uno no está para nada  y aniversarios que mejor no celebrar.Según parece unas mil personas acompañaron a Fabra en su primer año al frente de la Generalitat Valenciana, doce meses, como doce rosas con sus espinas clavadas es el trayecto de un político bien intencionado pero falto de talla,  como lo definian este mismo fin de semana, y sobre todo con una herencia diabólica, tiene sobre su cabeza la tormenta perfecta, no le falta ninguno de los aditamentos para hacer infeliz a un responsable público: alegrias económicas ni una está con "el sueldo embargado" desde Madrid, que a su vez lo está desde Bruselas, por tanto pocos excesos o ninguno. Algo especialmente triste en una tierra en la que durante los últimos años, el más tonto inauguraba un aduditorio para 5000, pues bueno eso se ha acabado. Como consecuencia la ciudadanía constatemente en la calle reclamando lo que es suyo. Pero  tampoco internamente las cosas le van bien en su partido, como ejemplo, estos dias ha sido portada la tensa situación protagonizada a causa de "el juego de ls sillas", entre los cargos populares, o lo que es lo mismo la intención de huir de la alcaldesa de Alicante para evitar una foto a su lado. Como consecuencia algo mucho peor,: una silla vacia. Este solamente es un síntoma ya que el Parlamento Valenciano es el único en el mundo que su tercer grupo más nmeroso de diputados responde a la categoría de imputados judicialmente por presuntos delitos de corrupción. Malos compañeros de viaje a los que Fabra ha tenido y tieene que seguir vigilando con el rabillo del ojo y otorgar mimitos a la vez que ofrece una imagen de azote ante la corrupción, una combinación diabólica. Pero hay mas, el peso de la Comunidad en el PP madrileño se ha mutado en ninguno o muy escaso, no hay ministros y tampoco se les esperan. Además las reivindicaciones que efectúa el Presidente Fabra tienen que buscar la compañía de otros presidentes ya que si no es así en Moncloa ni se las leen. Y si la situación actual es grave parece que lo peor todavía está por venir, la posible imputación de Camps y Barberá, toda una bomba en la línea de flotación del partido, la salida de las Cortes, si se produce, de Rafael Blasco y sus consecuencias.... , en fin, que Alberto Fabra hubiera hecho mejor en celebrar de manera más discreta el avispero en el que lo metieron, en lugar de aparentar lo que no es, mediante fiestas ficticias .

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