lunes, 21 de septiembre de 2009

La moral del vespino

Publicaba el 18 de septiembre El País una entrevista con el escritor italiano Andrea Camilleri en la que, describiendo la Italia actual, dice que “ahora rige la moral del vespino. El vespino va por prohibido y nadie dice nada; cruza en rojo y nadie dice nada, sube a la acera y nadie dice nada. Los italianos miran al vespino y piensan: "¡Virgen, qué bonito sería ser ese vespino y no cumplir ni una regla!”.





La moral del vespino se ha instalado con comodidad y, probablemente, con ánimo de perdurabilidad entre nosotros. El archivo de la causa abierta contra Camps, Costa y compañía, no ha hecho sino darle carta de naturaleza. Sin duda, hay quienes no van en Vespino, sino en una BMW de alta cilindrada, como Fabra, Bárcenas o Jaime Matas. Pero el resultado es el mismo: la sensación de impunidad con que se mueve la derecha española, y en especial la derecha valenciana.

Esa pretensión de impunidad es la que lleva a que, por ejemplo, se niegue a los diputados el acceso a la documentación administrativa ordinaria, a que esas mismas Corts citen a convocatoria y sin competencias a la Vicepresidenta del Gobierno o al Fiscal General del Estado para pedirles cuentas sobre el caso Gürtel (cuando, en cambio, niegan sistemáticamente la comparecencia del President de la Generalitat para hablar de ese mismo asunto), que establezcan exámenes de valencianía para designar senadores (cuando, sin complejos, tuvimos un President que nunca se expresó en valenciano) o que tras ocupar cuatro Ayuntamientos pactando con tránsfugas monta un escándalo nacional cuando se le devuelve la misma moneda. Y mientras, una oposición dormida y envuelta en enfrentamientos internos, incapaz de responder o de formular argumentos que lleguen a la sociedad.

La conversión de la Generalitat en una Concejalía de Ferias y Festejos, la absoluta irresponsabilidad con la que se está desmontando el sistema de protección social y el desentendimiento de los poderes públicos valencianos respecto de las competencias realmente importantes (empleo, desarrollo económico, educación, sanidad, protección social, desarrollo cultural,....) constituyen la imagen más clara de nuestra degradación democrática. Por eso, y ante la ausencia de una oposición política real, la creación de redes sociales que canalicen el descontento y la crítica, y la articulación conjunta de estas redes, es el camino más razonable para defendernos. Razones, más que suficientes, para que este nuevo curso que empieza sigamos apostando por este blog y para que os animemos a ampliarlo y a conectarlo con otras redes. Así que: ánimo y, al ataque.


Si te gusta SoloBienestar, puedes echarnos una mano en los Premios Bitacoras: Busca las Categorías Social-Medioambiente y Política y pulsa el simbolo + para añadir tu voto.

5 comentarios:

  1. ¡Que bien te han sentado las vacaciones!

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante Atticus el simil del Vespino, pero estos de aquí son más de Hummer, todoterreno, para impresionar a los vecinos y sobre todo "chupa" gasolina que es un primor y cuesta un dineral pero "no problem", para eso estamos los valencianos para pagar los caprichos, además, sinceramente, no me imagino a Fabra en Vespino...

    ResponderEliminar
  3. Ante esta degradación democrática, después de contemplar estos vergonzosos espectáculos, lo que ocurre es que el ciudadano poco a poco acaba por habituarse al nuevo ambiente, y aunque es un proceso lento, lo normaliza, se acostumbra, se adapta, no olvidemos que la falta de adaptación lleva al organismo a la muerte, una muerte social y laboral en muchos casos.
    Habrá que convencer a la mayoría que se pueden y deben hacer las cosas de otra manera, desnormalizar la impunidad de los que mandan, la moral del vespino. Y eso, cada día que pasa sin intentarlo, puede resultar más difícil.
    Felicidades por tu artículo.

    ResponderEliminar
  4. Y a mi que lo de Vespino me suena a mafioso, por ejemplo Giusepe Vespino, a que parece propio de la cosa nostra, por cierto muy bien relacionado lo de Italia con lo que pasa en la pequeña Italia en la que se ha convertido el "levante feliz", enhorabuena

    ResponderEliminar
  5. El VESPINO dejó de fabricarse el año 2000 cuando se desmanteló la fábrica de MOTOVESPA S.A, que después pasó a llamarse PIAGGIO ESPAÑA S.A.U.

    La fábrica de MOTOVESPA S.A., tuvo gran importancia en el sector de AUTOMOCIÓN en España durante los 48 años que permaneció en el Polígono Industrial de la Calle Julián Camarillo de Madrid. Sus talleres de mecanizado, chapistería, cadenas de pintura, cadenas de montaje y demás instalaciones dieron trabajo a cerca de un millar de personas de la comunidad de Madrid, y a otros dos millares, entre los proveedores, y los 200 talleres y concesionarios por toda España.

    La prensa lo describió así:
    "Pocos vehículos pueden presumir de haber sobrevivido 30 años siendo líderes del mercado desde su aparición. Motor de varias generaciones, se ha adaptado a cada tiempo ofreciendo a los jóvenes la posibilidad de moverse de forma individual con bajos costes de adquisición y de mantenimiento. Su popularidad en España ha provocado que su nombre se emplee para denominar genéricamente a todos los ciclomotores”

    Poesía para ociosos (como yo). Se le puede sacar mucha punta a estos párrafos simplemente copy/paste de una de las muchas webs "oficiales" de la amoto en cuestión.
    Seguir disfrutando.

    ResponderEliminar

Los comentarios no están sometidos a ningún tipo de censura previa. Esperamos respeto en ellos.

Gracias por participar.