EL DOBLE COSTE DEL NEOLIBERALISMO

El Gobierno Valenciano, que sigue al dictado las directrices de los más feroces defensores del neoliberalismo, está empeñado en demostrar sus niveles de “modernidad”, desarrollando prácticas decimonónicas que hace tiempo demostraron su fracaso. Ese empeño por mantener un modelo de atención en el que la familia, debe cargar con la atención de las necesidades de los ciudadanos desde una formula de modelo único, exclusivo, y sobre todo rancio y muy injusto reservando un papel muy diferente a mujeres y a hombres, en el que las primeras no salen muy bien paradas. Pero ahí no queda la cosa, estos adalides de las oportunidades, demuestran constantemente su falta de confianza en los servicios públicos y expresan una fe ciega en el mercado como el gran dios que todo resuelve. Estos liberales de nuevo cuño que ahora nos gobiernan parece que han descubierto otra vez a Milton Friedman y, hacen todo lo posible para que la iniciativa privada entre de lleno en la gestión de parcelas de bienestar como si de un nuevo “El dorado” se tratara. Pero nuestros gestores olvidan algunas cosas cuando se comportan de esta manera: en primer lugar que estas formulas ya fracasaron hace casi cien años, que el mercado, no tiene corazón y es sumamente peligroso atendiendo los riesgos de los ciudadanos, especialmente de aquellos que menos tienen, y sobre todo, con este afán de “pasar de lo público”, se está produciendo la paradoja del doble coste que supone el mantenimiento de estructuras públicas y su duplicidad mediante la deriva de fondos públicos hacia empresas que cobran por atender parcelas que corresponden a los funcionarios que contemplan con estupor como sus competencias son ejercidas siguiendo criterios de rentabilidad económica y política en lugar de rentabilidad social. Vaya paradoja, resulta que para ahorrar, vamos a pagar el doble.