Un seguidor “culé”, va a tener que ver el partido de la final de la Copa del Rey, rodeado de seguidores merengues, ¿un acto de masoquismo?, ¿ganas de pasar un mal trago?, o simplemente otro de esos sapos incomprensibles que nos tenemos que tragar los valencianos, sin entender muy bien el por que. Hay que añadir la condición de personas con movilidad reducida del aficionado del barsa y su enfado e indignación por perder la oportunidad de seguir la contienda futbolística con el resto de socios catalanes para situar en su justo punto un problema, que evidentemente, no es lo más grave que ha pasado esta semana, pero es todo un síntoma de las contradicciones en las que estamos sumidos los valencianos. Lo más divertido las explicaciones que han ofrecido desde la Federación Valenciana de Futbol "tiene sus limitaciones porque es un campo concebido en una época en la que, por desgracia, no había tantas personas discapacitadas que acudían a los campo", y además concluyen el nuevo estadio, cuyas obras llevan paralizadas dos años, incorporará los últimos avances en materia de accesibilidad.. Estas son las únicas explicaciones obtenidas, los responsables de la administración no han dicho “esta boca es mía”, la Consellería de Bienestar, silencio, el defensor del discapacitado, como si no fuera con él, la Alcaldesa mira hacia otro lado, … está claro que no se trata de la vulneración de un derecho fundamental (con permiso del señor Alvarez Cascos), ahora bien, esta triste anécdota nos recuerda a todos los valencianos que hace más de veinticuatro meses que nuestra ciudad está coronada por uno de esos museos al disparate, un campo de futbol a medio construir, en mitad de la ciudad, sin visos de ser acabado. Cualquier político mínimamente responsable con su ciudad, hubiera buscado una solución a este desatino. Si no recuerdo mal, cuando se pensó en Valencia como sede de la final de la Copa del Rey, se contaba con este nuevo estadio, los días han pasado, y los meses también y la incompetencia nos sitúa frente a un mausoleo de difícil justificación que le hubiera costado el cargo a cualquier alcalde democrático que no tuviera adormecidos a sus conciudadanos con “que bonita está Valencia”. Seguramente se trata de una ofensa que ni los aficionados del Valencia y tampoco los vecinos de la ciudad deberían consentir.
Para finalizar, sin que sea significativo y sin intención de generalizar, me ha parecido oportuno incluir alguno de los comentario que han hecho a la noticia los seguidores del Valencia en el diario Levante.
Comentario 1.- Estos catalinos siempre dando por cule
Comentario 2.-Pues yo no entiendo cuál es el problema. El Miguelete tampoco está adaptado para personas con según qué discapacidad... hay cosas que no pueden ser, por mucho que queramos que sean. Y los discapacitados deberían entenderlo así: un estadio moderno no es lo mismo que un vetusto y ruinoso estadio. El nuestro es vetusto y ruinoso, además de incómodo incluso para los no discapacitados. Hay muchas cosas que arreglar, incluso para los discapacitados, antes que un campo de fútbol.
Comentario 3.-Y quien es un aficionado de otro equipo para decirnos a los valencianistas lo que tenemos que hacer en NUESTRO estadio? Que se vaya al Camp Nou si no le gusta, pero esto es lo que hay.
Pues nada, que gane el mejor
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