miércoles, 9 de marzo de 2011

Naranjas de la China

Suelo coincidir con la opinión de Welfare casi más que con la mía misma; y con una frecuencia que ya quisiera yo para lo que yo mismo escribo, leo en sus comentarios argumentos siempre difíciles de rebatir. Sin embargo, en su entrada sobre las ya famosas naranjas podridas que los socialistas valencianos han puesto en sus carteles, no acabo yo de estar del todo de acuerdo con Welfare, lo que puede dar lugar a una sana pluralidad de puntos de vista sobre esta iniciativa socialista.

Es cierto que la imagen de las naranjas podridas puede trasladar al receptor del mensaje una sensación negativa que es muy arriesgada en el terreno de la publicidad y de la imagen; y es cierto también que si a causa de un mensaje no bien medido se le da el más mínimo margen al PP para que enturbie las aguas de la razón con el sentimiento provincianista -no me atrevo siquiera a llamarlo regionalista, ni mucho menos nacionalista- que tan de su gusto es, el efecto puede ser el del ya conocido boomerang, que acaba volviéndose contra el lanzador.

Pero no estaría de más hacer todo el recorrido del análisis, y quizás no estaría de sobra completar el razonamiento subrayando lo curioso que resultan dos cosas al menos en todo este asunto: una, la curiosa coincidencia de los discursos -casi al milímetro- entre AVA-ASAJA y el PP; y dos, mis dudas sobre si AVA-ASAJA está preocupada realmente por la imagen que se da de la naranja, o le mueven otro tipo de intereses. Si se me permite la broma no recuerdo que los agricultores de AVA-ASAJA pusieran el grito en el cielo porque la empresa nuclear de la trama corrupta Gürtel se llamase Orange (Naranja) Market, que ya sabemos la maravillosa imagen está dando de los valencianos. Soy el primero que he criticado la falta de ideas de esta oposición, pero ir a rebuscar entre los agravios sectoriales y pseudonacionales, donde es evidente que lo que hay es un mensaje que pretende simbolizar el deterioro del gobierno valenciano, y una propuesta de regeneración política es, a mi entender, coger el rábano por las hojas.

Claro que si digo esto de las hojas igual se enfadan quienes cultivan rábanos, si digo que tenemos más de una oveja negra en el Consell a lo peor se indignan los pastores, y si digo que hay un garbanzo negro en el Palau quién sabe si no protestarán los cultivadores de legumbres. Propongo que en el cartel de los socialistas se ponga una nota aclaratoria que diga: Se trata de naranjas de la China.


Imagen: Campaña PSPV

2 comentarios:

  1. Varias cosas Zigurat, en primer lugar te confieso que me encanta la discrepancia, sobre todo si es inteligente y bien argumentada como la tuya,(que aburrido sería todos con el mismo traje, con perdon), en cuanto a lo de Orange, genial, mandar las naranjas a oriente sublime, el fondo de la cuestión indescifrable, al menos eso es lo que opino y muy pronto, en apenas dos meses los valencianos van a dar su veredicto, entonces podremos calibrar lo acertado de una cosa o de la otra, ya sabes lo de predictores del pasado que significa acierto seguro, muchas gracias por tus comentarios y enhorabuena por tu genialidad.

    ResponderEliminar
  2. Estimado Welfare, leído tu afectuoso comentario, he decidido que voy a discrepar más a menudo contigo. Bromas aparte, creo que en lo esencial pensamos lo mismo, que esta oposición necesita movilizar a muchos más que a quienes ya sabemos desde hace tiempo lo que queremos, concretamente necesita movilizar a aquellos que saben lo que no quieren pero no encuentran motivos para confiar en la alternativa socialista; esta oposición necesita inclinar las dudas de los indecisos, aglutinar las esperanzas de amplios colectivos sociales y ciudadanos, y sobre todo, romper la desidia ,el conformismo y el fatalismo de nuestra sociedad. Y eso el PSPV no lo está consiguiendo. Le faltan ideas, le falta empuje, y le falta brillantez. Pero bueno, tampoco carguemos de piedras nuestros bolsillos, para luego lanzarlas contra nuestro tejado, ya que cuando intuyo que han repartido la misma partitura a todos los músicos de la orquesta, a mí se me suele olvidar el solfeo. Por cierto, se me ocurre una idea para el cartel socialista que salvaría el honor mancillado de la naranja valenciana: ¿Qué tal nuestros dirigentes bebiéndose el zumo de naranja de una Comunitat Valenciana vergonzantemente exprimida? Gracias siempre Welfare por tus palabras.

    ResponderEliminar

Los comentarios no están sometidos a ningún tipo de censura previa. Esperamos respeto en ellos.

Gracias por participar.