Ya sé que el título de esta entrada difícilmente puede atraer a alguien; pero voy a intentar explicarme, pues el tema lo merece.
Todos estaremos de acuerdo en que planificar la gestión pública es racional y beneficioso, y por ello ha sido común que las Administraciones públicas aprueben planes para ordenar ámbitos OBJETIVOS de su actuación, con sus correspondientes dotaciones presupuestarias.
El problema surge cuando la Administración se empeña en planificar la actividad que realiza respecto a ciertos SUJETOS. Pensemos en un plan para la Mujer, un plan para el pueblo gitano, o un plan de juventud. ¿Qué imputamos a tal plan? ¿Todo lo que se gasta en ese colectivo, o solo lo que responde a sus necesidades específicas?
El descubrimiento de esta dualidad es el que ha dado lugar al GRAN FRAUDE de las políticas sociales de la derecha, especialmente en el ámbito de la Comunidad Valenciana. La fórmula la utilizó Zaplana desde su llegada al Consell, cuando había que detraer recursos sociales para financiar proyectos vinculados a urbanismo, turismo y ocio,.... La fórmula era bien sencilla: un Plan de la Mujer puede aprobarse con cantidades millonarias, simplemente imputando la mitad del gasto sanitario total, la mitad del gasto educativo, la mitad del gasto en empleo, la mitad del gasto en formación,.... Pero, realmente, actuaciones públicas específicamente dirigidas a la mujer eran escasas y con dotaciones ridículas.
El último engendro de la política social popular lo ha perpetrado un personaje del jaez de Josep María Felip con el llamado Plan Director de Inmigración y Convivencia 2008-2011. Las dotaciones del Plan alcanzan 6.000 millones de euros, cifras astronómicas de las que, en cambio, no hay ni rastro en la Ley de Presupuestos. Para calcularlo ha bastado imputar al gasto sanitario y al gasto educativo un 16,5%, esto es, la tasa de extranjeros de la Comunidad Valenciana, de los cuales un tercio está en un permanente verano en la provincia de Alicante, sobrecargando un sistema sanitario en bancarrota, que acudió aquí atraido por los cantos de sirena de las políticas de cemento del PP. La realidad es que el presupuesto de acciones de integración de la Dirección General de Inmigración es de poco más de 15 millones de euros.
Urge, por tanto, desenmascararlo.
Todos estaremos de acuerdo en que planificar la gestión pública es racional y beneficioso, y por ello ha sido común que las Administraciones públicas aprueben planes para ordenar ámbitos OBJETIVOS de su actuación, con sus correspondientes dotaciones presupuestarias.
El problema surge cuando la Administración se empeña en planificar la actividad que realiza respecto a ciertos SUJETOS. Pensemos en un plan para la Mujer, un plan para el pueblo gitano, o un plan de juventud. ¿Qué imputamos a tal plan? ¿Todo lo que se gasta en ese colectivo, o solo lo que responde a sus necesidades específicas?
El descubrimiento de esta dualidad es el que ha dado lugar al GRAN FRAUDE de las políticas sociales de la derecha, especialmente en el ámbito de la Comunidad Valenciana. La fórmula la utilizó Zaplana desde su llegada al Consell, cuando había que detraer recursos sociales para financiar proyectos vinculados a urbanismo, turismo y ocio,.... La fórmula era bien sencilla: un Plan de la Mujer puede aprobarse con cantidades millonarias, simplemente imputando la mitad del gasto sanitario total, la mitad del gasto educativo, la mitad del gasto en empleo, la mitad del gasto en formación,.... Pero, realmente, actuaciones públicas específicamente dirigidas a la mujer eran escasas y con dotaciones ridículas.
El último engendro de la política social popular lo ha perpetrado un personaje del jaez de Josep María Felip con el llamado Plan Director de Inmigración y Convivencia 2008-2011. Las dotaciones del Plan alcanzan 6.000 millones de euros, cifras astronómicas de las que, en cambio, no hay ni rastro en la Ley de Presupuestos. Para calcularlo ha bastado imputar al gasto sanitario y al gasto educativo un 16,5%, esto es, la tasa de extranjeros de la Comunidad Valenciana, de los cuales un tercio está en un permanente verano en la provincia de Alicante, sobrecargando un sistema sanitario en bancarrota, que acudió aquí atraido por los cantos de sirena de las políticas de cemento del PP. La realidad es que el presupuesto de acciones de integración de la Dirección General de Inmigración es de poco más de 15 millones de euros.
Urge, por tanto, desenmascararlo.
querido Atticus, antes te he hecho un comentario que no aparece en el blog, asi que lo vuelvo a hacer. te decia que los valencianos y yo encontramos dificultades para entender las matematicas que utilizan los del PP de Valencia y tu articulo resulta interesantisimo porque nos descubre lo que ya sabiamos, mienten y tu nos has explicado como. estoy de acuerdo contigo, hay que desenmascararlos cuanto antes. Enhorabuena. un beso
ResponderEliminarpor que sera que a mi no me salen asi las cuentas? si dedico 500 euros a la hipoteca, son para la hipoteca, 100 para la luz, se los lleva la luz, los 100 de telefonica los cobra telefonica, mercadona se lleva 600 y con estos no puedo comprar nada mas, la letra del coche no me paga la gasolina y la peluqueria cobra y no quiere que su dinero sirva para pagarme el tabaco, el corte ingles me cobra, todos me cobran y mis gastos no pueden imputarse a otra cosa que a mi sueldo...es que no se hacer las cuentas!por eso no mando! Atticus has hecho que entienda porque soy un fracasado.
ResponderEliminara que partida se imputa el plan de vestido de Camps?
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