viernes, 16 de enero de 2009

LA GRAN PREGUNTA

Ya sé que hay problemas más serios que el que hoy traigo aquí. Ya sé que existen miles de alumnos en aulas prefabricadas que ha habilitado la Conselleria de Barracón. Sé muy bien que uno puede morirse o curarse por remisión espontánea antes de que te toque el turno en esas larguísimas listas de espera de la Conselleria de Inanidad. Claro que sé que lo preocupante son esos desempleados que día a día hacen cola en los servicios públicos de empleo con cara de perplejidad y angustia. Lo sé. Sé que la privatización de lo público es lo preocupante. Sé que la eliminación de cualquier posibilidad de crítica, o el control casi absoluto de la información por parte del aparato del poder es lo que de verdad indigna. Pero no puedo evitar hablar hoy de otro asunto. Es un tema que hay que mirar de frente. Una pregunta que debemos hacernos. Un misterio que necesito desentrañar. Habrá que coger al toro por los cuernos. Tendremos que mirarnos a los ojos y encontrar una respuesta. Es necesario encontrar una explicación adecuada ante semejante fenómeno. No podemos por más tiempo mirar hacia otro lado. Todo el mundo es consciente de que no es normal. Con valentía, sin miedos, hagámonos de una vez la gran pregunta:

¿Qué le pasa a Ricardo Costa en la boca? ¿Es así de nacimiento; babea al oírse a sí mismo; se olvidaron de quitarle los “brackets” en la ortodoncia?

Por favor que alguien de buen corazón me diga algo.

3 comentarios:

  1. Efecivamente es así, de hecho su hermano tiene el mismo problema, el problema es nasal, y yo que sigo su trayectoria como un caso clínico "de libro", he observado que sus hipervegetaciones van a más. Esto, además de ser un problema cuando el paciente es un portavoz de un grupo político monótono y monocromo, se sabe que afecta a muchas actividades cerebrales, ya que uno se queda con lo que en medicina se conoce como "el síndrome del disco rayado", en su caso rayado malsonante. Esto se constata en la machacona frase de "la culpa es de Zapatero" o cuando habla de Maria Teresa Fernández. Pero sí se lo debería hacer ve, aunque igual ya lo ha intentado, y hasta él está en lista de espera.

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  2. Lamento discrepar, pero ya saben que en estos temas es mejor buscar una segunda opinión médica. Me inclino por un exceso de salivación crónica propio de colectivos de población morosa. El cerebro ha de matenerse refrigerado para evitar un recalentamiento durante el proceso de invención de nuevos argumentos para no pagar. Prescribo menos trajes caros, menos golf y club de tenis, menos corte de pelo "florido pensil", menos autosuficiencia y soberbia, menos mentiras y más vergüenza. Pagar lo que se debe de una p* vez también ayudaría. Así quizás el paciente tenga una oportunidad.

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  3. yo creo que simplemente "está encantado de haberse conocido", por tanto cualquier cosa que hace es maravillosa, no admite crítica y...... simplemente es perfecto

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