MÁS QUE PALABRAS

Os sugiero que leáis el artículo de Daniel Innerarity "La Europa de la creatividad" publicado en el periódico El País el domingo 4 Enero. La sugerencia viene motivada entre otras razones, porque (a mi entender) es un autor con el que comparto su visión del espacio público y como se puede establecer redes de participación, y porque desde que leí este artículo, me estoy medio reconciliando con la palabra "innovación".
Es de todos conocido el gusto por la misma que el gobierno de Camps le tiene a este vocablo, pues llevamos todos los años de gobierno popular siendo innovadores en algo. Hasta tal punto la están utilizando, que hasta para acciones ya consolidadas desde hace años en esta comunidad, le ponen la innovación por delante. Innovamos en educación, en sanidad, en urbanismo etc... que nos salimos. Llegó un momento en el que oír esta palabra me producía grima y la saqué de mi vocabulario.
Pero como he dicho antes, el domingo 4 de Enero al leer el mencionado escrito, empecé a mirarla de otra forma; empecé a asociar la palabra en cuestión con la emoción de crear; empecé a escuchar el sonido de la misma como una melodía que nos corresponde como ciudadanos/as. Solo mencionar una frase del texto "Porque la creatividad, que es el presupuesto básico de la innovación, no puede ser forzada, ni tiene sentido determinar previamente que innovación se debe conseguir". En este justo instante la percibí de otra manera. Me dí cuenta la mala utilización de la misma por el gobierno del Sr. Camps, para quienes el sentido de lo nuevo y de lo imaginativo se reduce a un mero producto maquillado y dispuesto para la venta.
En fin, que terminé el año escribiendo sobre palabras, y empiezo el nuevo reconciliándome con otra. Me gusta esto del lenguaje.