En las campañas electorales cada partido presenta su programa, el modelo de sociedad que quiere y las razones que la sustentan. Los ciudadanos eligen libremente y otorgan su confianza a quien mejor se aproxima a su forma de concebir la sociedad, decantando su voto a uno u otro partido. Pero efectuadas las elecciones y establecido el mapa de poder de cada partido, tanto los que consiguen constituir gobierno como los que se quedan en la oposición tienen un deber respecto a los ciudadanos en general y no solo respecto a sus votantes. Así, el gobierno tiene que conducir la política y ejercer el poder y la oposición tiene que velar porque las políticas que se ejerzan desde el gobierno estén siempre dentro de la mas estricta legalidad. A ambos hay que suponerles el objetivo de velar por el bienestar de los ciudadanos y conseguir una sociedad mas justa y equilibrada, al margen de los distintos modelos que cada uno se plantea. Esos son sus roles y tienen que asumirlos con todas sus consecuencias.
Por eso, llama la atención que en la Comunidad Valenciana cuando la oposición critica actuaciones del gobierno, algún representante del partido gobernante se queje de que la oposición solo sabe criticar al gobierno. ¿A quien va a criticar si no? ¿quién ejerce el poder? ¿quién es el responsable de las políticas que se llevan a cabo? ¿quién es el que tiene que dar cuentas de cómo se gasta el presupuesto de todos los valencianos?. Y no olvidemos que el gobierno de esta Comunidad es de un solo color político, lo que hace valer para cambiar las normas cuando les convienen. Véase la maniobra de cambiar el reglamento del Síndic de Greuges, solo para poder cambiar a la actual Síndica.
En cuanto a la oposición, me remito a la editorial del Diario Levante de hoy, lunes 19, en el que recuerda al PSPV que lleva 15 años de oposición, que son muchos, demasiados y concluye en “la incapacidad del socialismo valenciano y de sus dirigentes de plantear a los ciudadanos una alternativa creíble”, retándoles a salir de esta situación. Poco mas que añadir.
Pero también estamos nosotros, los ciudadanos, los votantes, el pueblo, los verdaderos sujetos de la cosa pública, aunque parece que no nos lo creamos. Y así, nos quejamos de las listas de espera de la sanidad, de los hacinamientos de los colegios, del silencio ante la solicitud de prestaciones sociales, de barrios sin servicios, de carencias no cubiertas, pero lo hacemos por lo bajito y no somos capaces de creer que el verdadero poder lo tenemos nosotros y que tenemos el derecho de exigir a quienes nos gobiernan que nos tengan en cuenta, que no nos mientan, que velen por el bien colectivo y no por el de unos pocos. Y a la oposición recordarles que estamos aquí, que tienen que defender nuestros derechos y hacer propuestas que atiendan nuestras necesidades. Solo falta que todo esto nos lo creamos. Lo demás vendrá luego.
miércoles, 21 de mayo de 2008
A CADA CUAL LO SUYO
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considero que esa división tan clara que plantea Lluna no ocurre en la Comunitat Valenciana, especialmente porque el gobierno ejerce a la vez como tal y como oposición al gobierno de madrid. Realiza constantemente ese doble papel y la oposición, mirando al tendido, ni ejerce el papel de crítica y control al gobierno de la comunidad (o al menos no traciende a los ciudadanos) y tampoco es capaz de traducir los logros del ejecutivo nacional que no están debidamente explicados, con lo cual, para la mayor parte de los ciudadanos pasa inadvertida la labor de gobierno, en fin un galimatias que no hay quien lo entienda.
ResponderEliminarYo abundaría más aún, los cauces de comunicación entre los ciudadanos y el gobierno (local, autonómico, o lo que sea) se encuentran en fase de digestión de estos canales (asociaciones de vecinos, de AMPAS, ETC), y diseñar un procedimiento de contraataque de todo este tinglado es desalentador.
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