Regalos y más regalos

A la hora de valorar los regalos concedidos por la Generalitat a Valmor hay que ponerse en la piel de las miles de personas dependientes que se encuentran pendientes de una respuesta de la Consellería de Bienestar Social, mientras tanto, han tenido que hipotecar su vivienda, pedir prestado dinero a familiares... para pagar una persona que les ayude, o simplemente no disponen de la atención que requieren a pesar de tener una Ley que les ampara y les debería de garantizar unos servicios. Es indispensable, también, pensar en la vida que llevan miles de valencianos que han pedido la Renta Garantizada de Ciudadanía, un derecho amparado por el Estatut de Autonomía, que lleva casi dos años sin hacer efectivas las ayudas de subsistencia que haga soportable la situación de crisis económica en la que nos encontramos. Conviene, igualmente escuchar los lamentos de alcaldes y concejales de numerosos pueblos de la Comunidad que están desesperados viendo como tienen que asumir las competencias sociales que la Generalitat no ejerce a costa de un endeudamiento absolutamente inasumible e injusto, actuando como dique de contención ante la adversidad debido a la inacción del Gobierno Camps. Efectívamente, a la hora de opinar acerca de los 15.000 millones de las antiguas pesetas que regala el Molt Honorable a la empresa organizadora de la F1, (además de las múltiples prebendas de las que se ha beneficiado), pagando un canon, de difícil justificación. Conviene tener una opinión formada considerando el conjunto de actuaciones del Gobierno de Camps , ya que las responsabilidades del Gobierno, son, o deberían de ser más amplias, van más allá de los coches de carreras y hay muchos valencianos que esperan y necesitan algo más que un palco VIP. Pero ahí no acaban los regalos de los políticos valencianos, también se comprometen avalando al Valencia CF, con importes otra vez multimillonarios. Menudos regalos, en esta ocasión desde el Gobierno hacia intereses absolutamente particulares, al final los valencianos vamos a ser conscientes de la importancia que tiene la relación de proximidad, amistad y confianza para ejecutar el presupuesto público, mientras que la garantía de los derechos puede esperar a mañana o a pasado o a nunca si las arcas públicas no soportan un dispendio espectacular en beneficio de unos pocos.