No recuerdo si fue en el periódico Levante del día 20 ó 21 de Septiembre, leí una noticia que describía la situación en la que está psiquiatría infantil, llevándome de nuevo a hacer un repaso, no tanto de los sistemas de bienestar que ya sabemos como se encuentran, sino de los pacientes, sufrientes... menores (niños y niñas) a los que se debería atender con absoluta exquisitez. Primero porque son menores y nuestra responsabilidad es la de cuidarlos; segundo porque tienen que crecer en la mejor de las condiciones.
La desazón me entró cuando leyendo la situación que se encuentra el citado servicio, me imagino a los niños/as siendo atendidos en no muy buenas condiciones. Sigo repasando otros lugares de atención, y apenas aparece información sobre los centros residenciales que atienden a menores en situación de riesgo (en este caso algunas opiniones y no muy explicitas de profesionales que se encuentran totalmente abandonados a su buen hacer y sin apenas respaldo institucional). En este camino del repaso, ni preguntar por los centros de reforma, por sus planes educativos y terapéuticos, en caso de que existan.
Y como remate el comentario de un profesional de la enseñanza, sobre la situación de su centro, el cual apenas tiene espacios adecuados para la atención de los alumnos con discapacidad, pero parece que alguien "pensando en ellos" les ha mandado pizarras digitales.
Ante este panorama, me gustaría que pasara algo. No solo el cuestionamiento de los sistemas de bienestar, que poco a poco van mermando, sino que poniendo caras a estos ciudadanos, nos diésemos cuenta que nos estamos jugando algo mas que una estructura política.
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