RENTA, MÍNIMA Y CON RETRASO

Por fin, el pasado martes apareció en el Diario de la Comunitat, la publicación del Decreto por el que se desarrolla la Ley de Renta Garantizada de Ciudadanía de la Comunitat Valenciana. Se supone que después del enorme retraso, la maquinaria de gestión estará suficientemente engrasada como para situar en un mal recuerdo la experiencia de esperar prácticamente dieciocho meses. Según explicó en rueda de prensa el vicepresidente y portavoz del Gobierno valenciano, Vicente Rambla, la cuantía del subsidio se situará entre los 373,89 euros y los 603,05 euros al mes y su percepción se vinculará a la voluntad de inserción sociolaboral de los destinatarios a fin de evitar que los destinatarios caigan en una dependencia permanente de los subsidios. Este dato es especialmente relevante ya que del texto del nuevo Reglamento, en su artículo 7 se desprende que este tipo de medidas las debe elaborar una Comisión Mixta de Renta Garantizada de Ciudadanía, formada por diversos integrantes procedentes de diferentes instituciones, entre ellas el SERVEF, varias Direcciones Territoriales, y representantes de Ayuntamientos. A fecha de hoy, (conviene recordar que ha pasado prácticamente año y medio desde que salió la Ley) no están constituidas dichas comisiones de composición pluriadministrativa, por tanto podemos intuir que no va a ser inmediato el inicio de las funciones previstas para resolver actuaciones básicas de emergencia.

Contrasta toda esta complejidad y lentitud administrativa con la celeridad demostrada por el mismo Gobierno de Camps para resolver otros temas. El mismo día que se publicaba en prensa la noticia de la aprobación del reglamento, el diario Levante se hacía eco de la prioridad que el Consell otorga al Gran Premio de Europa, así como la necesaria celeridad en la ejecución de las obras del trazado del circuito urbano que han llevado a la Generalitat a adjudicar en los últimos doce meses obras por 69.589.749 euros en los diferentes proyectos que conforman el Valencia Street Circuit.

Las diferencias en el importe destinado y en los tiempos de aplicación nos ofrecen una imagen inequívoca de un Gobierno cuyas prioridades están muy lejos de las auténticas necesidades de los valencianos.