jueves, 24 de julio de 2008

DELITOS Y DELINCUENTES

Leo en la prensa del pasado sábado que Rambla confía en que Cartagena deje pronto la cárcel para seguir “contribuyendo a la sociedad”. El entrecomillado es del periodista, igual que “fue un alcalde votado por mayorías absolutas, muy querido allí y un excelente conseller de infraestructuras”.

Tras la primera sorpresa empecé a preocuparme muy en serio, por varios motivos: porque Cartagena ya no está entre nuestros gobernantes (afortunadamente), pero Rambla sí, él ocupa un cargo público y lo que se espera de un cargo público es que sea honrado y que quiera que todos lo sean, (lo que no se desea no se consigue); porque Cartagena se quedó con un dinero que no era suyo, precisamente haciendo uso de su cargo; porque una persona que roba no es recomendable para administrar el dinero de los otros y el dinero público no es de los altos cargos, es de los otros, de nosotros, de todos los que pagamos impuestos.

Y porque si un cargo público en ejercicio piensa que una persona que ha sido condenada por los tribunales por los delitos de “falsedad en documento mercantil y malversación de caudales públicos”, confía en que salga pronto de la cárcel para que siga contribuyendo a la sociedad, cuando lo deseable es que no pueda “nunca” meter mano en fondos públicos es que la honradez ya no es un valor a tener en cuenta y entonces ¿qué tipo de sociedad tenemos?.

Comenta el delegado del Gobierno que el ingreso en prisión de Cartagena es la “prueba clara de que todos somos iguales ante la ley”. Ante la ley sí, pero ante la sociedad la cosa cambia, porque el lenguaje es importante y crea imagen. Hoy, por ejemplo, se publica la siguiente noticia: “detenido un albañil en paro de Lliria por los atracos a los bancos del Camp del Turia”. Sin ánimo de comparar y admitiendo, por supuesto, la diferencia de los delitos tenemos que uno realiza un atraco, el otro malversación de caudales públicos. ¿A que no suena igual? A pesar de que como dice el delegado del Gobierno ambos han cometido una “actuación voluntaria en contra de la ley”. Eso si que es lo mismo y suena igual, pero puestos a homologar el lenguaje tendríamos que: quien delinque es un delincuente y quien roba es un ladrón. Ahí si que el lenguaje no hace distinciones.

Me quedo con la duda de cómo repercutirá en el futuro laboral de ambos, su paso por prisión. Y como figurará este tiempo en su currículum.

4 comentarios:

  1. Vamos a ver LLuna , parece que estés en la idem, ¿como quieres comparar a un importante político con un chorizo de poca monta?, solo la intención asusta, ¿donde quieres ir a parar con este tipo de contrastes?, si sigues por ese camino incluso vas a pedir que juzguen a Fabra, !hasta ahí podiamos llegar!

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  2. ¡Qué benevolente, Lluna! ¿Qué no es recomendable para administrar el dinero de los otros y el dinero público? Está inhabilitado para el ejercicio de funciones públicas seis años. Después, va a depender de los ciudadanos, si van a permitir que un condenado por malversación de caudales públicos y falsedad en documento mercantil, ocupe un cargo público, aunque visto lo visto.

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  3. Lo que no comprendo, es que le condenen por quedarse tan poco dinero(creo que cuatro o cinco mill de las antiguas pesetas), aunque fuese de las monjitas, y que hayan tardado tanto tiempo. Este país ya parece el mundo de "Los Miserables", donde se va a la cárcel "ipso facto" tras robar un pan para comer, se tarda un montón en sentenciar y meter en la cárcel a ladrones de políticos de poca monta, y por último se toma el pelo a todos los ciudadanos con los ladrones de fabrura, perdón altura.

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  4. No es que no me gustaría que juzgaran a Fabra, pero es que me parece que ahí entramos en otra dimensión y tendríamos que llamar a los de Expediente X o Cuarto Milenium porque lo de los jueces de Nules ya es preocupante.

    En cuanto a lo que decidan los ciudadanos cuando el señor salga de la cárcel, habrá que ver si ya son bastante maduros para no permitirle ni asomarse al escenario público.

    Yo tampoco comprendo la lentitud de la justicia en algunos casos.

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