El viernes pasado hicieron por TV el documental "Las alas de la vida". Fue un placer acompañar desde el sillón de mi casa, un trozo de la vida de una persona, de Carlos Cristos. Como dijo Bernat Soria en la tertulia "cuando se acaba nos quedamos con una lágrima y una sonrisa". Es la paradoja de la vida, supongo. Me pareció un regalo que se nos ha dado a traves de sus palabras, de sus miradas y de la dignidad que en todo momento transmite, cuando vive y quiere morir desde la elección mas profundo que puede ejercer un ser humano. Me llevó a constatar, que como nacientes, tenemos el derecho y el deber de vivir y de prepararnos para el bien morir. Como ciudadanos, me llevó a pensar que los poderes públicos están en la obligación de ejecutar todos los mecanismos, leyes etc.., para proveernos de lo necesario para el bien- estar.
Me transmitió que las personas tenemos el derecho de estar acompañados y asistidos en las mejor de las condiciones. Me transmitió que hablar de emociones y sentimientos nos hace grandes como personas. Por eso, cuando nuestros dirigentes políticos estructuran su mensaje en función de una mala utilización de éstos, dejan de reconocernos como personas. Asi pues, desde este blog dedicado a la concientización para el bienestar que mejor que animaros a verlo. Hacedlo y disfrutadlo, se trata de una reconciliación con la vida.
ARGANDA
Qué bonito, me ha hecho olvidar por un momento las declaracionesesta mañana en la radio, de un alto miembro de la iglesia católica reivindicando la muerte de Cristo como digna y sin analgésicos. Lo malo es que olvida que cristo "eligió" morir así, por lo menos, ante la adversidad, que nos dejen a los demás ese mismo privilegio.
ResponderEliminarHoy me he enterado que ha muerto Carlos Cristos, desde aquí darle las gracias por lo que nos ha dejado. Deseo lo mejor para su familia. Deseo que la curiosidad que tenía por el descubrimiento de "algo" en el momento de su tránsito le haya servido. Un abrazo
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