En comentarios a algún post se me ha reclamado que debiera responder a tales comentarios y promover debates sobre los temas que propongo. Acepto la sugerencia y pido disculpas si alguien esperó en vano una respuesta. Por ello, en esta nueva entrada me animo a intentar abrir un debate que me parece interesante.
Las dos fotos anteriores las tomé en Pisa y reflejan una costumbre turística que me pareció una magnífica metáfora de la estrategia política hoy preponderante, y que se conoce como framing. Quienes hayan visitado Pisa (y con los vuelos low-cost serán muchos) habrán visto montones de turistas que se hacen fotografías en las que, bajo determinada perspectiva, se genera la imagen de estar empujando o sosteniendo la torre inclinada de Pisa. Cuando desde cualquier otra perspectiva se les observa, no vemos más que a un grupo de gente haciendo posturas ridículas y carentes de sentido. Esta "otra perspectiva" es la que capté con la cámara en las fotografías anteriores.
Las dos fotos anteriores las tomé en Pisa y reflejan una costumbre turística que me pareció una magnífica metáfora de la estrategia política hoy preponderante, y que se conoce como framing. Quienes hayan visitado Pisa (y con los vuelos low-cost serán muchos) habrán visto montones de turistas que se hacen fotografías en las que, bajo determinada perspectiva, se genera la imagen de estar empujando o sosteniendo la torre inclinada de Pisa. Cuando desde cualquier otra perspectiva se les observa, no vemos más que a un grupo de gente haciendo posturas ridículas y carentes de sentido. Esta "otra perspectiva" es la que capté con la cámara en las fotografías anteriores.
Con los resultados electorales europeos aún calientes, es bueno reflexionar sobre el modo de hacer política que se conoce como framing o "encuadre". Es una estrategia basada en valores y percepciones, sin fundamento alguno en acciones políticas concretas ni en resultados prácticos. Sólo por recordar: es una técnica creada en EEUU por el Partido Republicano en los años 80, importada a España en la estrategia del Partido Popular a mediados de los 90 y asumida unos años después por los partidos de la izquierda.
Personalmente concibo el framing como un modo de hacer política postmoderno, en el que predominan las sensaciones, las percepciones y los valores, con desconocimiento de los resultados políticos prácticos. Y el hecho de que aparezca la palabra "valores" no debe llamar a engaño: es un modo de hacer política totalmente rechazable, en el que sólo priman los resultados electorales. Su rentabilidad ha quedado más que demostrada: desde el año 2004 la Comunidad Valenciana vive en el discurso de que "Zapatero relega y discrimina a la Comunidad Valenciana" (no se sabe muy bien por qué oscuro designio o propósito); desde 2008, se le añade que "Zapatero ha llevado a España a la crisis económica más grave de su historia". Afirmaciones que han calado, aunque son desmentidas por el hecho de que ningún Gobierno español ha invertido tanto en la Comunidad Valenciana en políticas sociales (que son, recordemos, competencias autonómicas) e infraestructuras estratégicas. En ese rizar el rizo, el Consell argumenta como prueba de buenas políticas la organización de grandes eventos como la Fórmula 1 o la Copa América.
Y aquí viene mi propuesta de debate: ¿qué debe hacer la izquierda?. La elección entre dos vías es clara:
Y aquí viene mi propuesta de debate: ¿qué debe hacer la izquierda?. La elección entre dos vías es clara:
1. Sumarse abiertamente al framing. ¿Para qué invertir cantidades desproporcionadas en dependencia, en infraestructuras estratégicas, en programas de integración de inmigrantes,.... si al final puede ser más rentable organizar campañas de desprestigio de Camps, rentabilizando su condición mentirosa y falaz, y culpabilizarlo de la crisis por sus apuestas inmobiliarias? ¿No sería mejor gastarse una ínfima parte de dinero consiguiendo un vuelo directo, por ejemplo, entre Valencia y Shanghai sólo los meses de verano, en lugar de transferencias millonarias en políticas sociales que son de competencia regional?
2. ¿Es, por el contrario, preferible seguir la opción de negarse abiertamente al framing, apostar por políticas progresistas que corrijan las disfuncionalidades sociales causadas desde las políticas autonómicas y aguantar el chaparrón del discurso quejicoso, a sabiendas de que las posibilidades políticas de gobernar son prácticamente nulas y que, sin duda, el desgaste a nivel estatal va reduciendo cada día más las posibilidades de mantener el Gobierno de España?
Esta es mi propuesta de reflexión, al hilo de los resultados electorales europeos. Y una idea final para el debate: una frase de Pío Baroja que me trajo a colación mi mujer: en España, los reaccionarios son de convicción, pero los liberales son, casi siempre, de pacotilla.
Espero vuestras opiniones sobre qué elegir.
Caramba Atticus, entre la situación de shok por el contundente resultado electoral en la Comunidad y los dilemas que planteas no resulta facil mantener una posición optimista respecto al futuro inmediato, parece que aquella famosa teoría de los ciclos, que más o menos venía a decir que todos los mandatos tienen un tiempo y a partir de ahí, se producirá un cambio de manera inexorable,que los votantes se cansan de ver las mismas caras...., no coincide con un ciclo muy largo y "crescendo", de los conservadores en la Comunitat.Posiblemente la capacidad de respuesta y liderazgo del principal partido de la oposición tendrá algo que ver en todo esto, pero mientras tanto los ciudadanos que consideramos una agresión a nuestra inteligencia, las libertades, los derechos... ¿que papel jugamos?
ResponderEliminarTal vez no sea esa la manera de encuadrar el problema. El dilema no se plantea entre apostar por políticas progresistas (invertir en la dependencia, infraestructuras estratégicas e integración social) o, por el contrario, apostar por el framing y los eventos fulgurantes y efímeros. La derecha se ha instalado en lo segundo (ahí está Canal 9), y le va bien; pero la izquierda simplemente no se ha instalado (al menos en la Comunitat Valenciana). No se trata de elegir entre política progresista o propaganda, sino entre dejar que a los valencianos sólo les llegue el framing pepero o intentar que les llegue la realidad, y lo que llega a mucha gente lo hace a través de la tele. ¿Por qué no se potenció Aitana, una tele autonómica desde TVE, que mostrara la realidad?. ¿O es que hemos claudicado?
ResponderEliminarEstoy con anónimo. Hay un chiste de esos que sabemos los que hicimos la mili que cuenta que había un recluta que en lugar d cartucho decía carchuto, y el capitán de la compañía ordenó a un sargento que se quedase con el recluta hasta que este aprendiese a decir cartucho, dos días después el sargento se presentó ante el capitán y le dijo: mi capitán, no se preocupe que el recluta ya sabe decir "Carchuto". Pues eso, a este paso en esta comunidad con atontamientos basados en paellas gigantes y teleou, la derecha lo arregla todo (y qué fácil lo tiene) pero los que se dicen progresistas y han sido votados para que ejerzan como tales estan en lo alto del guindo (o acomodados con su despacho, sus comidas y us chóferes) y el caso es que en esa línea al final todos diremos "Carchuto" (¿que no lo estamos diciendo ya?).
ResponderEliminarEste dilema es, claro está, teórico, en el sentido de que ni el PP se dedica a hacer exclusivamente framing, ni la izquierda se duerme en los laureles de las políticas activas de progreso. Pero como opción es válida: en un contexto de recursos escasos hay que decidir si se invierte en dependencia o en organizar paellas gigantes (es un decir). Por una parte, resultaría interesante estudiar la estrategia electoral del equipo de Obama, que me parece más cercana al framing que a un programa político (prometo escribir sobre ello). En segundo lugar, creo que la justificación de la crisis como causa de la derrota de la izquierda no es una explicación válida, ya que en municipios muy afectados por la crisis (Alcoy, Sagunto) a la izquierda no le ha ido mal. En tercer lugar, la abstención masiva de la izquierda (en unas elecciones que s eperciben distantes y poco relevantes) ¿se debe a un Gobierno desdibujado, desenfocado, o se debe a la ausencia d epolíticas progresistas de ese mismo Gobierno? Son muchas cuestiones que hay que reflexionar.
ResponderEliminarEn todo caso, a los 3 comentaristas permitdme que os traslade una comparación que me hizo ayer un amigo: lo que pasa en la CV es como si, en los EEUU, la población negra votara al Ku KLux Klan....
Efectivamente Atticus, lo que dices entra en línea de la tesis que defiende Lakoff en su libro sobre el elefante (Piensa en un elefante). Con la teoría del "marco" donde todo cabe si sabemos montar el escenario de la foto, y creando los foros necesarios para cebarla y alentarla (TV, Faes de turno, etc), se consigue que sectores sociales concretos acaben votando opciones políticas que no les son convenientes, que no les interesan. Es la táctica con la que los neocons se hicieron con el poder en los USA, sobretodo por el voto ,no de los ricos sino de los estratos sociales más bajos, vendiéndoles argumentos como el famoso "alivio fiscal" de Bush (reducción de los impuestos ¿os suena? escuchad la cuña de la campaña sobre la renta en la CV), cuyas consecuencias son que los ricos, son aún más ricos y que los pobres perdiesen aun más tras el galopante deterioro de los servicios públicos. Por cierto, yo no hice la mili y el otro día también me vino a la mente el chistecito de marras, me recorrió un escalofrío al pensar que yo también puedo acabar diciendo carchuto (curiosa coincidencia).
ResponderEliminarYo veo el problema, al final, en la imposibilidad de articular políticas en las cuales, por el juego en el que están instalados los políticos, siempre estará aquello que decían los Hermanos Marx: "Y un huevo duro". Cualquier iniciativa va a ser insuficiente, y, por ejemplo, la rentabilidad política de una competición deportiva es mucho mayor que la de un sistema de apoyo a la dependencia que nace ya con la queja de Camps y de Aguirre de que se queda corto y discrimina a ambas Comunidades.
ResponderEliminarLuego está el tema del "deslizamiento electoral": ¿las políticas sociales de nuevo cuño están abriendo un nuevo ciclo de izquierdas, o asistimos al renacimiento de la derecha nacional al hilo de una rentable campaña de framing? En EEUU, con Obama, se habla de esa apertura de nuevo ciclo ¿y aquí? ¿hacia donde caminamos? Mi tesis es que en el año 2012, si el PP no puede acceder al Gobierno, se abre un ciclo progresista (que, realmente, creo que aún no se ha abierto).
El voto no es una conducta tan racional como parece que creemos en la izquierda, sino que tiene mucho de emocional, y la derecha lo utiliza bien, el ej. es que ha sido capaz de hacer creer que Zapatero odia a los valencianos, y muchos se sienten odiados: es un sentimiento más que un razonamiento. Como nos dice Lakoff, los argumentos y hechos contrarios a esa afirmación (marco) simplemente los rechazamos, ni siquiera nos afectan.
ResponderEliminar¡Claro que las políticas progresistas han de insitir en lo que decimos!, pero también debemos esforzarnos por expresarlas en lemas pegadizos (como las canciones del verano, o como el "paro, despilfarro y corrupción" de Felipe González) y fáciles de defender y repetir, y que a la vez muestren una forma distinta de hacer política y contradigan la "realidad" que la derecha impone con los medios de comunicación. Si la realidad hay que resumirla en 20 segundos porque el telediario no da para más, pues habrá que hacerlo; la publicidad lo consigue.
Todo eso es mucho trabajo, así que a arromangarse tocan.
En definitiva, las preguntas que todos nos hacemos son las siguientes:
ResponderEliminar1. ¿Cúál es el elemento decisivo para emitir el voto? Yo quisiera pensar que hay dos tipos de electores, el elector racional y el elector sentimental. Lo malo es que creo que el primero se ubica mayoritariamente en la izquierda y el segundo en la derecha. Y eso viene a ser el sentido de lo que decía Pio Baroja en la frase que cito en el artículo.
2. La segunda pregunta sería, ¿merece la pena ser un poco más "sentimental" para llegar mejor al electorado? ¿Y hasta donde estamos dispuestos a renunciar? Y es que la clave es esa: las renuncias. La izquierda ha renunciado a cuestionar los grandes eventos (costosísimos y con beneficiarios sospechosos), a criticar los oligopolios, a enfrentarse a la jerarquía eclesiática, al Valencia CF,.... ¿Ha merecido la pena? Y, si quereis, volvemos a Lakoff: el framing no puede ser nunca negativo (no me opongo a....) pues entonces tus contrincantes te llevan a su agenda; el framing se debe basar en propuestas concretas y en elementos positivos: esa es la enseñanza de "No pienses en un elefante". Y la izquierda, aunque lo intenta, no parece de momento capaz de articular una agenda propia y convincente.
Señores...siento discrepar de todos ustedes, pero cada una de sus observaciones (incluidas las de atticus) me parecen "pajas mentales". El bueno de Hendrix, que no sabía nada de política ni leía a Baroja (seguro), acertó a decir entre viaje y viaje sólo cuatro frases geniales en su vida, que hoy ocupan su merecido lugar en la wikiquote. Una de ellas es: "Cuando el poder del amor sobrepase al amor por el poder, el mundo conocerá la paz". Ya sé que esto apesta a rollo hippy completamente impropio para largarlo en un blog tan erudito...pero alguien ha de empezar a introducir el concepto. Este comentario intruso, descarado, extemporáneo y torpe, ni siquiera merece sus réplicas. Un saludo y bienvenidos al Proyecto Venus.
ResponderEliminarMola que un tal Anónimo se digne a bajar al blog "erudito" arropado con una frase como la de Hendrix -suponiendo que la dijese él y no Grouxo,Chaplin,Chesterton o uno de los tantos supuestos hacedores de frases que en el mundo hay- y que siendo una frase cojonuda es solo una frase bonita.Entre eruditos e indocumentados que presumen de serlo, y que disfrazan su inacción con escepticismo pseudoácrata casi me quedo con los eruditos por si aprendo algo.Ah! Anónimo,te recomiendo fervientemente a Baroja.
ResponderEliminarMe quedo con todo, con el marco y con las políticas sociales. Está la izquierda como para renunciar a nada... El marco no es el problema ni el culpable de nada. El marco nos ayuda a que el observador concentre su mirada. No prescindamos de él, simplemente sustituyamos la imagen hortera de los payasitos cariñosos o el caballito garrulo por una imagen más hermosa: la de nuestra gente viviendo de forma razonable y digna, como lo hacen los europeos
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