El último informe de la Sindicatura de Cuentas de la Generalitat Valenciana describe un frágil escenario presupuestario en la Comunidad Autónoma, en un marco de crisis financiera, descenso de los ingresos y el traslado de deudas hacia ejercicios futuros. Toda la prensa de la Comunidad Valenciana se hecho eco, de la preocupante situación económica (se produce un déficit de 500 millones de euros) , de la crítica situación de Canal Nou y de las empresas de ocio de la Generalitat Valenciana que, un año más, volvieron a obtener pérdidas millonarias.
El presupuesto autonómico tenía facturas sanitarias pendientes de imputar al presupuesto por valor de 1.837,6 millones (más de 300.000 millones de las antiguas pesetas). Siendo un grave problema esta ausencia de consignación presupuestaria, lo peor es que supone un aumento de 428 millones, respecto al ejercicio anterior.
Esta hipócrita situación, pone sobre la mesa los desequilibrios de nuestro sistema sanitario público. Diría más: parece cuestionar si podemos pagar nuestro Estado de bienestar. Y el informe parece sugerir que, con el actual nivel de ingresos públicos, ello no es posible.Parece que la llegada del nuevo modelo de financiación autonómica ayudará a enjugar este déficit oculto en algunas CCAA. Hábilmente Cataluña se ha apresurado a aflorarlo: 2.147 millones de euros, para comenzar 2010 con el contador a cero. En cambio, la Generalitat Valenciana no solo no controla su gasto público y despilfarra en cuestiones no prioritarias (F1, Terra Mítica, Visita Papal, Open de Tenis en el Ágora, Hípica, etc..)olvidando otras (ley dependencia, sanidad, educación, empleo, etc..) sino, con un cínismo exarcerbado, solicita al Gobierno Central más financiación invocando, que en caso contrario, se perjudica a la Comunidad Valenciana.
Mirando al futuroDurante años, la financiación de la Comunidad Valenciana se movía dentro de unos margenes de previsibilidad y transparencia en su modelo de asignación de las aportaciones para gastos corrientes y de inversión. Esto ya es historia. Como los presupuestos autonómicos no permiten financiar las infraestructuras, dotaciones, etc.., se autoriza a las empresas públicas a formalizar el endeudamiento correspondiente, cuyas anualidades futuras serán asumidas por la Generalitat, con lo que se difiere la deuda una década, cuano ya no estén los actuales gobernantes (eso, al menos, es lo que espero por el bien de las generaciones futuras).
Fuente: Antonio AriasRodríguez Fiscalización
Enhorabuena por tu artículo,Sid, es muy clarificador sobre el panorama sanitario que tenemos.Y aunque no creo que EL ROTO lea este comentario,lo diré de todos modos:ROTO,¡Qué bueno eres!
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